Es cierto que toda institución
educativa debe estar dirigida por líder con habilidades diversas que le
permitan hacer frente al desafío del contexto, pero también es cierto que a
cada uno de los que conformamos la institución ejercemos cierto tipo de
liderazgo desde el rol que nos toca asumir.
Sea manifiesto o sea en potencia el liderazgo es impulsado por diversas
habilidades o capacidades, así como actitudes y valores que se han convertido
en fortalezas y que nos identifican como persona y nos hacen diferente a los
demás. Huertas (2013) plantea que la
persona al usar sus talentos y fortalezas en la actividad que realiza las
disfruta, sin embargo, otras no, y pueden haber pasado toda una carrera sin
haberlos descubiertos. De ahí que
planteo la siguiente tesis: ¿Cómo
disfrutar de mis talentos y fortalezas en una gestión educativa?
Para dar respuesta a ello, asumo
el papel de actor analizando mis propias fortalezas, poniendo como una de las
más importantes la responsabilidad. No hay gestión que no deba ser responsable
desde sus cimientos. La responsabilidad
como una “condición relacional que involucra asumir un valor y un ser humano
que acude a esa llamada” Manning, da Rios y Silva (2007, p.53). Sin responsabilidad no se alcanzan las metas
y los resultados, sin responsabilidad las cosas quedan a medias o simplemente no se hacen. Pero junto a ella se hace necesario poner en
práctica la creatividad como aquella
“práctica de hacer algo diferente y mejor de como se ha hecho hasta ese
momento” Bassat (s.f). Gracias a la
creatividad podemos plantear alternativas de solución y formas de trabajo
diferente para alcanzar los objetivos institucionales de manera que todos
seamos participes y beneficiados como institución. Con la creatividad se logra simplificar el
trabajo sin perder la eficiencia y la eficacia.
Siendo que los tiempos en las
instituciones, empresas y personas es muy valioso, debemos saber administrarlo,
por ello considero que la puntualidad
se debe constituir en la fortaleza de todo individuo. Ser puntual implica respeto a sí mismo y
respeto a los tiempos de los demás que al igual que todos está comprometidos
con un sinnúmero de actividades. La
puntualidad está atada al logro de metas y resultados, los condiciona, sin
puntualidad lo logrado pierde valor y sentido.
Y aunque las fortalezas
mencionadas están asociadas a las habilidades blandas considero que son el
motor de toda acción y el complemento de otras fortalezas propias como la
planificación, organización, diálogo, entre otras.
El poder utilizar las fortalezas
y talentos desde el rol que nos toca asumir en nuestras instituciones nos
permite estar en esa zona en la cual disfrutamos de los que hacemos, por lo
tato ello va a redundar en la rapidez con que se hagan las tareas, la productividad
y precisión y a permanecer por más tiempos en las funciones por el valor que se
gana en el puesto de trabajo.
Disfrutar e cada una de mis
fortalezas depende también del rol que nos plantean, muchas veces no coherente
con nuestros talentos, lo que hace por otro lado que se desperdicie tiempo y
personas en roles y tareas que pueden ser realizadas por otros.
Todo es cuestión de saber
identificar los talentos de las personas para que aprendan a disfrutar de lo
que hacen en el trabajo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ü
Bassat, L. (s.f.). La
Creatividad. En: https://books.google.com.pe/books?id=haHBAgAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=creatividad&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiG4qLjnczaAhUH1lMKHWQeAeEQ6AEIPDAE#v=onepage&q=creatividad&f=false
ü
Huertas, A. (2013). El
Crecimiento de un Líder. Miami: VIDA
Manning, Da Ríos y Salinas (2007). Urge un
Líder con Sentido Humano. México: Pearson

1 comentario:
Ser líder es dar ejemplo en todo lo que hagamos. Buen tema.
Saludos
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